Embalse de Maroño

Quiero estrenar la calefacción de la furgo y me acerco hasta el embalse de Maroño, conozco muy bien la zona y la tengo cerca de casa.

Es una zona tranquila con un parking para 4 vehículos, en verano puede estar más concurrida porque  es época de barbacoas, en esta época no hay mucha gente.

Estoy yo solo con un coche en el parking.

Doy una vuelta y hay un pescador en la zona, solo se escucha el sonido del ganado cercano.

Existe un buen merendero en el mismo embalse, con mesas y parrillas.

Han habilitado unas barandillas de madera y escalones en el sendero que se dirige hacia el propio embalse, al otro lado esta el pueblo de Maroño donde hay un restaurante donde poder tomar algo, también se como de lujo.

Tenemos buenas vistas a Sierra Salvada con el Tologorri y Ungino.

Encuentro la zona entre el merendero y el parking lleno de botellas de cristal que aparte de suciedad son un gran peligro de incendios, nunca entenderé porque la gente es tan cerda y vaga, si te has preocupado de llevarlas llenas con el peso que tienen, no entiendo lo que cuesta llevártelas vacías. Más cuando existen contenedores al lado del parking.

Me reocupo de recogerlas y lo dejo limpio.

Hace bueno y aprovecho a leer un poco con la tranquilidad que da el embalse.

Me acerco a la fabrica de cerveza de Laugar en Gordexola a tomar una rica cerveza con un amigo, hay que sacar tiempo para todo.

Me acerco de nuevo a Maroño para cenar y dormir en este remanso de paz.

Duermo completamente solo con gran tranquilidad y probando la calefacción.

Por la mañana el reflejo de la montaña en el embalse es perfecto, gracias a la luz.

Al desayunar llega un pescador, la única persona que veo.