FURGOVIAJES

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martes, 25 de junio de 2019

Valle de Xareta

Vamos a disfrutar un par de días por el Valle de Xareta con Sara y Elsa.
El valle de Xareta lo conforman cuatro municipios situados a ambos lados de la frontera : Zugarramurdi y Urdax en Navarra, Sara y Ainhoa en Lapurdi. Las mugas se pierden entre montes, verdes prados, riachuelos llenos de encanto y frondosos bosques.

Entrar en esta comarca supone descubrir parajes mágicos, pueblos llenos de historia y leyendas, cuidada arquitectura, antiguas sendas de comerciantes, peregrinos y contrabandistas, que dan fe de las históricas y estrechas relaciones que los habitantes de Xareta han mantenido desde hace siglos. Cuatro pueblos que comparten una misma cultura e idioma, y que actualmente siguen trabajando en mejorar su oferta a través de proyectos comunes y programas transfronterizos, auspiciados por la Unión Europea.
 
Esta tranquila y mágica área montañosa es ideal para pasar una jornada o varios días de descanso y ocio visitando sus numerosos espacios patrimoniales y recursos turísticos.
El valle de Xareta lo conforman cuatro municipios situados a ambos lados de la frontera: Zugarramurdi y Urdazubi-Urdax en Navarra, Sara y Ainhoa en Lapurdi. Aunque sobre el papel los sucesivos tratados de límites quisieron dibujar la división, en la realidad las mugas se pierden entre montes, verdes prados, riachuelos llenos de encanto y frondosos bosques de hayas, robles, castaños y pinos. No es de extrañar, por tanto, que Xareta signifique ‘Tierra Arbolada’.


La primera parada como no, es en el pueblo de Sara, situado en la montaña pero a tan solo 14 kilómetros de la costa.
A través de su Historia (Guerras Carlistas y Mundíales) y de sus actividades pasadas (contrabando) Sara siempre ha tenido relaciones privilegiadas con las diferentes provincias de ambas partes de la frontera.
En el pueblo se pueden visitar las famosas Cuevas de Sara. La gran entrada de la cueva, también conocida como Cueva Lezea. Esta cueva a servido para refugio de seres humanos en diferentes épocas y también fauna, como osos hace más de 10.000 años y murciélagos que todavía habitan.   
Es un lugar dedicado a Jose Miguel de Barandiaran, nacido en Artaun (Gipuzkoa) y refugiado durante 15 años en el pueblo de Sara, donde desarrollo sus estudios y fue uno de los antropólogos más famosos de su tiempo.


Otro lugar muy conocido de Sara es el monte Larrun (905 mts), al que se puede subir también en el Tren de Larrun. Un bonito tren de cremallera de colección  de 1924 que te llevará en 35 minutos hasta la cima donde hay unas bonitas vistas.


Hay un camino circular para recorrer a pie que une los cuatro pueblos de la zona. El recorrido está señalizado por un pequeño caballo azul pintado en piedras "pottokaren bidea" y discurre tranquilo entre prados y bosques. El recorrido no es exigente y se adapta bien a familias o para gente no demasiado entrenada. Como la realización del círculo completo supone más de 12 horas, el tramo más popular es el que une las cuevas de Urdazubi-Urdax, con Zugarramurdi y las Cuevas de Sara




Nos acercamos hasta Urdax, en un pequeño y bonito pueblo, que al igual que los pueblos de los alrededores tiene también unas cuevas, son las menos conocidas de la zona pero para mí las más bonitas. Las gentes de Urdax pensaban que las cuevas de Ikaburu estaban habitadas por lamias, seres de la mitología vasca similares a las sirenas, que habitan en los ríos. Las lamias se reunían en el Salón de Recepciones que se encuentra nada más entrar en las cuevas. Se piensa que el buen estado de conservación de las cuevas se debe precisamente a que la gente del pueblo no entraba en las cuevas por miedo a las lamias.
En las Cuevas de Urdax hay una zona con mesas donde se puede comer.


Nosotros hemos visitado las cuevas de Urdax, Zugarramurdi y Sara y la que más nos gusta es la de Urdax, también es la menos conocida.
Se trata de una gruta que se originó hace unos 14.000 años gracias a la continua erosión del río Urtxuma. Una visita guiada por sus galerías le adentrará en un mágico universo de estalactitas y estalagmitas.





Tras la visita a las cuevas de Urdax, vamos a visitar Zugarramurdi, un pequeño enclave de 250 habitantes situado a caballo entre la Montaña Navarra y el Mar Cantábrico, en el corazón de la comarca transfronteriza de Xareta. Este complicado nombre que suena a trabalenguas a quienes lo oyen por primera vez hace referencia según los propios vecinos a “olmos, avellanos y laureles”, vegetación característica del lugar. Además, frondosos hayedos, montes que hablan de mitos, caseríos aislados, verdes prados, así como rebaños de ovejas latxas y pottokas jalonan el entorno de esta localidad. 
La trágica historia de 31 vecinos, acusados de ejercer la brujería por el Tribunal de Logroño de la Inquisición en 1610, fue el suceso que cambió para siempre la vida en este lugar y por el que su nombre ha sido conocido universalmente. Atraídos por esta historia y las leyendas que han surgido a su alrededor, miles de visitantes se acercan cada año a conocer el “Pueblo de las Brujas” atraídos por este hecho histórico y las leyendas que han surgido a su alrededor.

Las Cuevas de Zugarramurdi, testigo imperturbable de los legendarios akelarres, y el Museo de las Brujas, donde la memoria histórica encuentra su espacio aboliendo estereotipos y dando voz a quienes sufrieron los estragos de una época trasnochada, constituyen visita obligada.





Pasamos por Dantxarinea y nos acercamos a Ainhoa, el pueblo se construyó en el siglo 13 alrededor de uno de los ejes transfronterizos del Camino de Santiago y como vicaría de la Orden Pemonstratense del Monasterio de Urdazubi-Urdax según el modelo de las villas nuevas, numerosas en aquella época en la región. El pueblo fue pensado como lugar de acogida, de alojamiento y de abastecimiento para los peregrinos que se dirigían hacia Santiago de Compostela. La calle principal es una avenida ancha bordeada de admirables casas a entramados del siglo 17 y 18 cuyas fachadas están adornadas de hermosas piedras de talla aparente.




Para llevar mejor la ola de calor, nos acercamos hasta el Camping Biper Gorri  de Espelette que tiene unas instalaciones esplendidas.


El edificio con baños, duchas y fregaderos situado en el centro del camping esta en muy buenas condiciones.



Las parcelas son enormes para cada vehículo, bastante más grande que en otros campings.



En el mes de junio y con este calor se puede cenar perfectamente en la calle.





Tras una noche tranquila desayunamos también en la calle a buena temperatura desde primera hora de la mañana.


El camping tiene unas piscinas increibles.


También una zona de juegos para los niños.




Tiene unas piscinas cubiertas con jacuzzi, geiser, chorros, etc...





Tiene tienda de alimentación.


Restaurante dentro del complejo.


Lavanderia.


También cuenta con una gran zona de mobil home.


Nos acercamos a visitar el pueblo de Espelette, muy conocido por los pimientos y aprovechamos a comprar pan.




Nos acercamos al cercano Lago de Sanpere a comer en una zona muy tranquila y bonita.