FURGOVIAJES

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domingo, 21 de abril de 2019

Costa Cántabra entre San Vicente de la Barquera y Suances

Aprovechamos el final de semana Santa que dan buen tiempo para pasar un par de días en la costa cantabra. En esta zona habiamos visitado varias veces los conocidos municipios de San Vicente de la Barquera, Comillas, Santillana del Mar o Suances, pero no los pueblos pequeños de la costa y los acantilados.
Empezamos en San Vicente de la Barquera y subimos hasta el Centro de interpretación del Parque Natural de Oyambre, situado en un faro.



En el interior te indican la flora y fauna que se puede visitar en el parque.







Preguntamos por algun paseo en la zona y nos hablan de los acantilados de San Vicente por donde damos un paseo.



Encontramos un área recreativa en la zona.




Bajamos a San Vicente a comprar pan casero en el mercado.


Paseamos por las calles empedradas bajo el Castillo de Rey.



Al fondo esta la iglesia y el mirador.




Continuamos por la costa hacia el Este y pasamos por las playas de Zapato y Gerra, donde los parkings son de pago.


Pasamos por la playa de Oyambre y cruzamos el bonito pueblo de Comillas que ya conocemos, así que no paramos.
Entre los pueblos de Casasola y Liandres encontramos el Mirador de La Corneja con un merendero con mesas y una parrilla, solo falta la fuente.




Tenemos este banco artesanal en un lugar espectacular con grandes vistas hacia el mar.




Allí también encontramos la ermita del Remedio con un restaurante.


Tras comer pasamos por el pueblo de Trasierra y bajamos a la playa de Luaña donde encontramos un merendero.




La entrada normal a la playa se hace desde el pueblo de Cóbreces, allí tenemos un gran parking, en esta zona se lleva mucho el surf.



Desde el pueblo de Toañes cogemos unas estrechas carreteras que nos llevan hasta el Molino de Bolao.




Es un lugar espectacular donde las aguas de la cascada van directamente al mar.



Los acantilados de la zona son impresionantes.



Incluso hacemos un amigo peludo en la zona.


Seguimos y en el pueblo de Oreña  nos desviamos hacia la costa, pasamos por el pueblo de Bárcena donde encontramos un área recreativa.


La carretera acaba en Puerto Calderon. Se dice que los amarres que se pueden observar durante la bajamar son de época romana.
En la Edad Media y la Edad Moderna, Puerto Calderón tuvo gran importancia debido a que fue el único puerto libre entre San Vicente de la Barquera y Santander: durante esa época estos dos puertos cántabros (y también Laredo y Castro Urdiales, al pertenecer a la Hermandad de las Cuatro Villas), disfrutaban de un privilegio que impedía embarcar o desembarcar pescado u otras mercancías en los puertos incluidos dos leguas al Este y dos al Oeste de ellos. Este privilegio invalidaba, entre otros, a los puertos de Comillas y Suances, pero Puerto Calderón quedaba fuera de esos límites.2​ Además, su privilegiada localización en las cercanías de Santillana del Mar, cabeza de las Asturias de Santillana, aumentaban su importancia.
Aquí también se escondieron los submarinos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.




Nos llama la atención la forma de esa roca, echándole imaginación parece la cabeza de un dragón.



A la vuelta en el pueblo de Viallán encontramos dos búfalos.


Seguimos y en el pueblo de Ubiarco encontramos la salida hacia la Ermita de Santa Justa, llegamos a un parking donde hay un chiringito.




La ermita se encuentra al borde del mar, aguantando las embestidas de las olas.






Para acabar el día retrocedemos hacia el pueblo de Cóbreces donde se encuentra la playa de Luaña, en el pueblo encontramos el Área de Autocaravanas Las Hazas donde por 9€ el vehículo podemos dormir con derecho a baño, ducha de agua caliente, cambio de aguas y wifi.





Tiene capacidad para algo menos de 30 autocaravanas y unas instalaciones muy correctas, la dueña es muy atenta.




El baño esta muy limpio, aprovechamos a darnos una ducha.





Salimos a dar una vuelta por el pueblo y vemos la Ábadia Cisterciense.



Y el atardecer en la iglesia.


Toca cenita en la furgo y ver una peli.



Por la mañana me despierto pronto y salgo a dar un paseo por el Molino de Bolao y los acantilados. http://airepuromendizale.blogspot.com/2019/04/molino-de-bolao.html




Llego para desayunar con Itxaso.


Pasamos por Santillana del Mar y las Cuevas de Altamira para llegar al pueblo de Villapresente donde tenemos ganas de ver el Laberinto más grande de España.


La entrada al Laberinto de Villapresente son 4€ y dentro lo normal es que te tires una hora. Alguno seguro que se tira mucho más tiempo.
El laberinto se encuentra a diez minutos en coche de Santillana del Mar, a veinte de Santander y a solo kilómetro y medio de las Cuevas de Altamira, al lado de la finca de Emilio Pérez, un cántabro que solo hace cuatro años inició el que era el sueño de su vida: construir un laberinto gigante. Lo hizo con mucho apoyo de familiares y amigos, pero sobre todo de su hija, que participó del negocio.
Pérez era un operario de montes y vendedor de pinos que vio truncado su negocio al comienzo de la crisis económica. Sus árboles no se vendían y decidió aprovechar su deriva profesional para comenzar con un proyecto mágico en el que podría dar salida a los más de 4.000 pinos que habían quedado en stock.
Su hija, también en paro, decidió embarcarse con él en el negocio y ahora solo ellos dos conocen los entresijos del laberinto. En un principio, la dibujaron en un papel y después comenzaron a darle forma: el diseño está inspirado en los laberintos ingleses de los siglos XVIII y XIX, construidos por las grandes fortunas para que los más adinerados pudiesen disfrutar de un buen rato de entretenimiento en los días de verano.
El lugar está muy preparado. Aunque todavía falta porque se terminen de construir algunas instalaciones, cuenta ya con un parking gratuito y servicio de sillas de ruedas para que pueda acceder al laberinto cualquier persona, siempre y cuando no haya problemas con el tiempo. Además, se admiten mascotas (siempre con correa) y ofrecen bolsitas por todo el recorrido para sus necesidades.



Cerca del laberinto encontramos el Bar Cuesta donde se come genial, raciones muy grandes y comida casera.