FURGOVIAJES

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miércoles, 25 de diciembre de 2024

Navidad en Portugal

Queremos hacer un viaje en Navidad a algún sitio chulo, vemos varias opciones, pero un video de Instagram de Cascais nos ponde los dientes largos. Yo llevaba tiempo con esta zona en la cabeza y nos vamos Mariam y yo unos días en la época navideña.


Salgo el mismo 25 por la tarde y ya voy hasta Vitoria para ganar algo de tiempo y arrancar pronto ganándole una hora.



Salimos prontito y nos pilla el amanecer en la carretera.


Tras 600 km y casi 7 horas llegamos a Elvas a la hora de comer.



Elvas es un pueblo casi en la frontera con España a tan solo 28 km de Badajoz.



A 3 km podemos ver el fuerte de Nuestra Señora de Graça, que visto desde el cielo tiene forma de estrella que nos da idea de lo importante que fue Elvas militarmente.



Elvas es una de las ciudades medievales fortificadas mejor conservadas del mundo, tiene un patrimonio espectacular con un Castillo, murallas y casco antiguo.



Lo que es la propia ciudad también se encuentra totalmente amurallada, para entrar y salir de ella se hace a través de puertas de arcos bajo la muralla, se puede acceder con el vehículo al interior.




Vamos a visitar la zona navideña de la ciudad.




Esta muy bien preparado con una pista de patinaje cubierta, toboganes con trineos, etc...



Hay esculturas de luces por todos sitios.




Aprovechamos a comer unos churros aunque hace un día espectacular de sol.


Visitamos el mercadillo donde naturalmente cae algo, esta zona es mucho más económica que los turísticos Lisboa, Caascais o Sintra.


A la salida contemplamos el precioso acueducto que cruza la ciudad y esta muy bien conservado.




Salimos de Elvas y vamos hasta Évora, en esta zona de Portugal hay cabinas de peajes normales, pero hay que vincular la matricula a una tarjeta, para pasar por peajes automáticos, que veremos los próximos días.
En una hora aproximadamente llegamos a Évora, donde también nos encontramos con un gran acueducto en el centro de la ciudad.


En Évora tenemos un área de autocaravanas muy cerca del centro de la ciudad, muy cómodo para pernoctar.



Nos acercamos al centro de la ciudad y han montado un mercado navideño en el interior de un parque, como tiene horario y lo cierran, es lo primero que vemos.




Tiene un estanque con patos, estos estarán todos los años y estarán deseando que pasen estas fechas.



Hay una mini pista de patinaje.



Y hasta encontramos a Papa Noel en su casita.



Continuamos viendo la ciudad que esta decorada por su casco antiguo.




La verdad que no hay mucho ambiente, es verdad que la gente va más a las grandes ciudades.




Visitamos el acueducto que entra en el casco antiguo a una gran altura y poco a poco va perdiendo altura porque la ciudad gana altura en el centro.



Llama la atención como han construido viviendas en el interior de los arcos del propio acueducto.




También nos encontramos con las ruinas del Templo Romano, construido en el Siglo I por el Emperador Augusto.




También toca buscar una buena terraza para descansar tomando una cerveza.



Dormimos en el Área de autocaravanas de lujo, zona muy tranquila.




Desayunamos por la mañana para ponernos en marcha.



Aprovechamos a vaciar las aguas sucias y llenar las limpias.



Tras una hora de viaje llegamos a Setubal, un pueblo costero, que a mi personalmente me defraudo un poco.






Lo vemos rápido y nos vamos para la capital de Portugal, para entrar en Lisboa hay que cruzar el río Tajo, o por el puente 25 de Abril o por el Vasco de Gama.



Nosotros cruzamos por el 25 de Abril y es impresionante la entrada a la ciudad, aquí ya se nota una gran cantidad de circulación y colas para entrar.


En Lisboa buscamos un camping y optamos por el Lisboa Camping & Bungalows, que esta a las afueras en un gran parque.



Cada parcela tiene su mesa, fregadero, toma de agua y luz.



Aprovechamos a comer una super hamburguesa casera.



Las instalaciones están muy bien y para verano tienen piscina. Aprovechamos a pegarnos una ducha.




La piscina esta cerrada, aunque tiene el chiringio abierto.


En recepción nos dan información para poder ir al centro y hay un bus que para cerca del camping y te lleva en media hora.



La zona del puerto esta muy chula.




Aquí hay muchísima gente y mucho ambiente, nada que ver con las tranquilas ciudades que hemos visitado hasta ahora.




Disfrutamos de un atardecer espectacular, poniéndose al oeste hacia el Puente 25 de abril.



Ahora nos vamos hacia el centro donde tenemos este gigantesco árbol. Nos han engañado un poco ya que no hay ni noria, ni pista de hielo, como se veía en internet.



Es época de castañas, aunque la verdad hace un día espectacular para ser diciembre.




Vamos en dirección al barrio alto para ver la zona más turística de Lisboa.


Subimos por la Rua Do Carmo en dirección al Barrio Alto y nos sorprenden con la instalación de gran cantidad de arcos que se van cambiando de color y figuras al son de la música. Es un espectáculo.


Como no en Lisboa, hay que probar el Pastel de Belem.



Visitamos las zonas más típicas de Lisboa, donde ver los antiguos tranvías, todo un icono de Lisboa.



El de la Rua da Bica de Duarte Belo es el más conocido, el más estrecho y antiguo.



Dormimos de lujo en el camping.



Y aprovecho también a llenar aguas limpias.


No nos podemos ir de Lisboa sin visitar la famosa Torre de Belem.


La torre de Belém es una antigua construcción militar situada en la ciudad de Lisboa. 
Es una obra de Francisco de Arruda y Diogo de Boitaca que tuvo gran importancia en la Era de los Descubrimientos de Europa, ya que sirvió como fortaleza y como puerto desde donde partieron los exploradores portugueses para establecer el que sería el primer comercio europeo en la historia con China e India. Cuando dejó de servir como defensa de invasores en el estuario del río Tajo se utilizó como prisión, como faro y también como centro de recaudación de impuestos para ingresar en la ciudad.

Se encuentra situada en la desembocadura del río Tajo, en el barrio de Santa Maria de Belém, al suroeste de Lisboa. Junto con el Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belém fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1983.



Justo al lado de la torre tenemos el Museo Militar portugués, es bastante económico y te explican la historia, así como cantidad de vehículos y armas retirados.




Tras acabar de visitar esta parte de Lisboa, nos vamos por carretera recorriendo la costa, pasando por Estoril y acabando en Cascais tras media hora de bonita carretera costera.



Cascais ha preparado en un parque una ciudad de Navidad que es muy chula, pero esta enfocada en niños muy pequeños, no es para adultos, ni para niños más mayores.



Tiene Pista de Hielo, zonas de comida, toboganes, tirolinas.



También podemos ver a Papa Noel en su casa y a los Reyes Magos con sus camellos.




Como no el Grinch no podía faltar en Navidad.



Salimos a visitar la ciudad y nos encontramos con la Ciudadela.



En el puerto hay un gran Arbol, una noria y un pequeño mercado navideño, muy bien ambientado.



Esta zona tiene mucho ambiente y cantidad de bares y restaurantes.



Los pasteles de Belem, no pueden faltar por aquí tampoco.




Para dormir vamos a la zona de playas de Guincho, en esta zona en verano son parkings de pago, pero ahora las barreras están abiertas y estamos prácticamente solos.



Las vistas al levantarse son espectaculares y el día acompaña.



Bajamos a la playa a mojarnos los pies un rato, hay varios surfistas, esta zona esta muy cerca de Nazaret que es unos de los mejores sitios del mundo para surfear.


Nos vamos hasta Sintra donde tardamos media hora en furgo. Tenemos reservada la entra al Palacio da Pena, no cometáis el mismo error que hice yo porque no lo vi en ningún sitio, he intente subir con el coche, ya que esta prohibido para coches particulares. Lo mejor es aparcar en la estación de tren y coger el bus que sube hasta arriba.
Tuvimos que aparcar donde pudimos y subimos andando, la subida es bonita por bosque y pequeños arroyos, más o menos una hora de subida.



Fue una de las principales residencias de la familia real portuguesa durante el siglo XIX y a la vez constituye una de las máximas expresiones del estilo romántico del siglo XIX en Portugal. El palacio fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995.



La primera construcción de la que se tiene constancia es una pequeña ermita dedicada a Nossa Senhora da Pena durante el siglo XII. Posteriormente, durante el reinado de Manuel I de Portugal (1495-1521), el monarca instó a la edificación del Real Monasterio de Nossa Senhora da Pena, entregado posteriormente a los monjes de la Orden de San Jerónimo.

El terremoto de 1755 provocó que el monasterio quedara prácticamente en ruinas, aunque continuó teniendo un uso religioso hasta prácticamente la abolición de las órdenes religiosas en 1834. De esta época se conservan algunos restos en los jardines del palacio, como por ejemplo la Gruta del monje, a donde los religiosos solían acudir en busca de retiro espiritual2​ y, además, se conservaba intacta la capilla con un magnífico retablo de alabastro atribuido a Nicolás Chanterenne.


Dos años más tarde, en 1836, la reina María II de Portugal contrajo matrimonio con el futuro Fernando II de Portugal, quien se convirtió en monarca luso debido a su esposa y, poco después de su llegada al país, comenzó a adquirir los terrenos del monasterio y las zonas aledañas de la sierra de Sintra con su propia fortuna personal debido a la fascinación que le produjo la zona de Sintra tras una excursión con su esposa. Fernando II quiso recuperar el edificio como casa de verano para la familia real y, aunque los primeros proyectos incluían únicamente una pequeña restauración, finalmente la admiración del aristócrata por esta zona hizo que se decidiera a construir un palacio y ampliar las construcciones preexistentes bajo la supervisión del barón Wilhelm Ludwig von Eschwege, geólogo e ingeniero de minas que residía en aquel momento en Portugal.


Finalmente se convirtió en un recinto exuberante en el cual se pueden contemplar diferentes estilos que van desde el neogótico hasta al neoislámico, pasando por el neorrenacimiento y una visión pseudomanuelina que convierten el espacio en un ambiente claramente exótico. Numerosas colecciones reales se trasladaron al palacio y a la vez se crearon ricos ornamentos, que fueron desde los célebres estucados hasta las paredes pintadas al óleo. Además, en las vertientes de la montaña se construyó un magnífico parque inglés que, junto con el palacio, se convirtió en un icono de la arquitectura portuguesa. En 1853 se produjo el fallecimiento de la reina María II y su esposo Fernando pronto contrajo matrimonio de nuevo con la cantante de ópera Elisa Hensler, condesa de Edla, junto a la que construyó el Chalet de la condesa de Edla ubicado en el parque del palacio.


La segunda fase de ocupación por parte de la familia real se dio con la presencia de Carlos I de Portugal (1889-1908) y su esposa Amelia de Orleans, quienes utilizaban el edificio como residencia de verano antes de continuar sus vacaciones en la Ciudadela de Cascais. Su hijo, el rey Manuel II, también habitó el palacio durante largas estancias, manteniendo sus antiguas estancias de príncipe como dormitorio principal, mientras que las antiguas estancias de su padre se establecieron para la celebración de actos oficiales. La reina Amelia de Orleans se encontraba en el Palacio da Pena cuando se produjo la Revolución del 5 de octubre de 1910, que acabó con la monarquía en el país e instauró la Primera república portuguesa. Acto seguido, Amelia abandonó el palacio dirección Mafra donde se encontraba su hijo Manuel y su suegra María Pía y desde un yate en Ericeira abandonaron el país hacia Gibraltar.



Bajamos 10 minutos andando y tenemos el Castillo dos Mouros, aprovechamos también para verlo.



Erigido sobre un macizo rocoso, aislado en una de las cumbres de la sierra de Sintra, desde sus murallas se disfruta de una vista privilegiada de la zona hasta el océano Atlántico. Se encuentra incluido en el Paisaje cultural de Sintra, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1995.



La muralla esta muy bien conservada y se puede transitar por ella.



Tiene grandes vistas hacia el Oeste al Oceano Atlántico, donde disfrutamos de un espectacular atardecer.




Estamos hasta la última hora que nos permite la visita y cogemos un tuc tuc que nos baja al centro histórico de Sintra.


Es una zona muy bonita de visitar, donde puedes recorrer sus estrechas calles y visitar su mercado navideño.



Nos marchamos hasta Tomar y hacemos hora y media en coche para que mañana que es el último día no se haga tan largo.



Allí encontramos un área de autocaravanas muy tranquilo, con zona de césped, vaciado de aguas sucias, fregadero, etc...




Por la mañana subimos a visitar el Castillo de Tomar.



Es un castillo templario y formaba parte durante la Reconquista de la llamada Línea del Tajo, junto con otros castillos de la región, todos de la misma época y estilo: Almourol, Idanha, Monsanto, Pombal y Zêzere. Alberga en su interior al Convento de Cristo, al cual servía de protección.

Está clasificado como Monumento Nacional desde el 23 de junio de 1918 y, en el ámbito del Convento de Cristo, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el 30 de junio de 1983.




Se pueden visitar sus jardines y recorrer su muralla, de la que hay una gran vista hacia la ciudad.




Acabamos este precioso viaje con un caballero templario y ahora nos toca unas horas de carretera para volver a casa.